Pintando caminos de memoria, esperanza y paz
El Colectivo Cultural Wipala tuvo la grata oportunidad de visitar este mágico y bello territorio, para acompañar al pueblo Awá Tatchán – “Gente de la Montaña” en la elaboración de murales colectivos para representar diversos aspectos de su vida y cosmovisión.
El Putumayo conserva esa magia que se mezcla entre la selva, sus ríos majestuosos y su valiosa fauna, que a pesar de los males del extractivismo aún permanecen. Los pueblos indígenas resisten valientemente ante el asedio y muchos logran fortalecerse y proteger sus saberes ancestrales, su organización y su cultura.
Pueblo Awá Tatchán – “Gente de la Montaña”
Conocimos a la comunidad Awá pintando un mural colectivo en la Hormiga y nació la promesa de volver, pero esta vez a su territorio y pintar con el cabildo, así que lo primero fue ir a la parcela y conocer la casa del cabildo, nos reunimos, establecimos acuerdos y cronograma para empezar el trabajo. No podía faltar la armonización o limpieza por parte de Luciano, el curandero ancestral quien con plantas medicinales y sahumerios nos abrió el camino para que la creatividad fluyera y aparecieran ideas e imágenes alimentadas por saberes propios y cosmovisión.
Después de las conversaciones grupales respectivas surgieron los bocetos y luego cada quien se fue ubicando donde mejor se sentía para pintar… Mientras tanto, un grupo estaba en la cocina para compartirnos la deliciosa comida diaria, que incluyó las recetas propias junto con los víveres locales. Por supuesto no falto el chapil, chicha de caña, que cada cuanto hacia su ronda visitando a los pintores.
El Equipo de Wipala además de pintar multiplicaba sus tareas: Mientras Jorge apoyaba la logística y coordinaba la jornada, Marcela brindaba apoyo psicosocial y conversaba con los participantes, se realizaron talleres con enfoque de género y se dio también especial participación a los niños y niñas… Jafeth guiaba los trazos y los pinceles. Carlos Alfredo realizó un taller de elaboración de proyectos que dieron especial enfoque en la preservación de su cultura y sus prácticas ancestrales como una manera de pervivir como pueblo en su territorio. El equipo estaba conectado con la comunidad quien hizo parte activa durante todo el proceso.
El festejo, la ritualidad y la alegría abundaron, así como los chistes y el buen humor de la gente que nos acogió como parte de su comunidad y nos brindó su amistad, acogida y hospitalidad.
Al final teníamos 4 pinturas murales realizadas de manera colectiva que surgieron durante el proceso: 1. El origen de pueblo Awá, 2. La chagra de la vida, 3. Los cuatro mundos en la cosmovisión Awá y 4. El curandero tradicional que ahora adornan la maloca y servirán para contar la historia, la cosmovisión y preservar la memoria de la “Gente de la Montaña”.
Nuestra gratitud y reconocimiento a la comunidad, a las autoridades del Pueblo Awá Tatchán y por supuesto a Podion por habernos apoyado en esta bella e importante labor.
El origen de pueblo Awá, tema de la cosmovisión que explica cómo nacieron el primer hombre y la primera mujer a partir de un gran árbol de que tenía dos barbachas, una blanca que dio origen a la mujer y otra negra de donde salió el hombre.
Los cuatro mundos que compone el universo Awá: el primer mundo es subterráneo en donde conviven seres diminutos que se alimentan de humus y no tienen ano, además de las lombrices, mojojoyes, rocas, gusanos, etc.; el segundo mundo es el entorno actual donde vive el pueblo Awá (selvas, ríos, biodiversidad); en el tercer mundo habitan los espíritus (duendes, madremonte, astarón, Los muertos, otros) y en el cuarto mundo están los astros.
El astarón, los duendes, la madremonte, son algunos de los espíritus protectores que habitan la selva. Su función es proteger la biodiversidad y el agua de los que talan la montaña, cazan y pescan indiscriminadamente o contaminan las aguas.